Como acontece desgraciadamente todos los años, en el presente ha ocurrido también una sensible desgracia entre los varios sujetos que acostumbran a acudir al río Ter en busca de algún refrigerio en esta época de excesivos calores. Esta vez ha sido la víctima el joven Mariano Capdevila, de Ripoll, quien se echó al agua junto con otros compañeros más afortunados que él, los cuales pudieron salvarse aunque terriblemente emocionados por el percance que acababa, de ocurrirles.
A pesar de lo frecuentes que son estas desgracias en el río Ter, que casi no pasa un solo año que no tengamos que lamentarlas, los jóvenes inexpertos ó demasiado confiados acuden á buscar alivio a sus refrescantes aguas sin acordarse de lo que debiera servirles de ejemplo para evitar una nueva desgracia.
El Norte Catalán, de 17 de agosto
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