La advertencia que hacíamos en uno de nuestros pasados números acerca de los automóviles ha sido tan bien atendida que el jueves uno de esos infernales vehículos pasó por esta ciudad con la velocidad del rayo o poco menos, y al llegar cerca de la venta de cala Manela, chocó contra un guardarruedas y un árbol dando un salto tan formidable que alcanzó dos o tres metros de altura y quedando el chaufeur y sus acompañantes apabullados y medio muertos, uno de ellos con la fractura de un brazo.
El automóvil, que tuvo que volver a pequeña velocidad a la capital, pasó por la Rambla tirado por cuatro caballerías.
Varias veces, hemos clamado contra la velocidad que llevan los automóviles que pasan por esta ciudad, sin que alcanzáramos que nuestras reclamaciones fueran atendidas. La semana anterior fueron 4 los automóviles que pasaron por la calle de Manlleu corriendo vertiginosamente y siendo un milagro como uno de ellos no arrolla a dos niños de 5 a 6 años que jugaban en la misma calle.
Esperamos, pues, que la Autoridad dictará las oportunas medidas para que dichos vehículos moderen su marcha al transitar por esas calles.
El Norte Catalán, de 17 de agosto
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