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martes, 5 de marzo de 2013

1907 - Les aventures de l'aeronauta Kindelan

LES AVENTURES D’UN AERONAUTA

El concurs de globos celebrat el dimecres de l’altre setmana a Valencia ha tingut un epíleg novel·lesc. El capità d’enginyers Sr. Kindelan que pilotava el globo «María Teresa» prengué part en el concurs verificant l’ascensió envers dos quarts de set del vespre. Va mantenir-se, a pesar de fer un temps tempestuós a l’indret de la costa fins més enllà de mitja nit. Aleshores una ventada va internar-lo cap al mar amb gran velocitat i es trobà amb el globo quasi desinflat  -puix al veure la direcció que prenia s’havia afanyat a afluixar la vàlvula- quasi tocant a l’aigua i molt allunyat de terra. Després de moltes peripècies no li quedà més remei que posar-se l’armilla salvavides i tirar-se al mar; es calcula que aleshores es trobava a unes 17 milles de la costa balear. Això era a la matinada i mentre feia esforços desesperats per arribar a terra nedant, un barco anglès, el «West-Point» que es dirigia cap a Garrucha s’adonà del globo  que va anar a recullir dedicant-se després a buscar el nàufrag. Afortunadament varen trobar-lo viu i després de pujat a bord fou convenientment auxiliat. El Sr. Kindelan, una volta desembarcat a Espanya, passà a ésser una mena d’heroi havent-li valgut el percanç ocasionat per la seva travessura una popularitat excessiva.
 
         Gazeta Montanyesa, de 3 d'agost.



La ascensión del "María Teresa" en Valencia



El interés del público ha pendido durante toda la semana de la arriesgada as­censión que realizó en Valen­cia el día 24 pilotando el glo­bo 'María Teresa', el joven capitán de Ingenieros D. Al­fredo Kindelán, como aficio­nado que tomó parte en el concurso aerostático que allí se celebró.

                                                            Kindelan cuando ingresó en la Academia de Ingenieros

                                                                Kindelan cuando era primer teniente de Ingenieros

                            Retrato de Kindelan hecho en su casa el día en que regresó de Garrucha


            Fotografía de la primera ascensión que hizo Kindelán en Langa (Daroca) el año 1901  

Un redactor de nuestro pe­riódico, que salió al encuen­tro del distinguido oficial en una de las estaciones del trán­sito en su viaje desde Carta­gena a Madrid, oyó de labios del Sr. Kindelán el relato de su aventura, que procuraremos transcribir someramente.

                                  Kindelan examinando su globo por dentro antes de la ascensión
 
A las seis y media de la tarde del citado día ganó el aire el ′María Teresa′, y pronto tomó rumbo hacia el S. O. A la hora, pasaba por encima del pueblo de Catarroja y una hora después manteníase entre la Albufera y Si­lla, sorprendiéndole a Kindelán una impo­nente tempestad que estallaba a sus pies sobre el lago. Arrojó entonces una buena cantidad de lastre, el globo voló hacia el O., luego hacia el N. y a las diez y media de la noche se bailaba so­bre el caserío de Paiporta. Media hora más tarde volvió a encon­trarse encima de Catarroja, y desde la al­tura se puso al habla con varios campesi­nos, cerciorándole de su posición. Pudo en­tonces descender sin riesgo, pero siendo el concurso en que in­tervenía de distancia desaprovechó la oportunidad, en su empeño de prolongar todo lo posible la excursión, presentando un itinerario extenso, que le diese méritos ante el jurado para ganar el primer premio.

                                              Ascensión del globo "María Teresa" en Valencia en la tarde
                                                del 24 del pasado                   fot. gómez durán


Había pasado la media noche del 24 y era la madrugada del 25, cuando el 'Maria Teresa'  se cernía  sobre al Palmar, pueblecito de la costa. En ocasión en que el señor Kindelán procuraba entenderse con un barque­ro, para que le suministrase noticias, el globo fue arrastrado violentamente  hacia la parte del mar por una racha de viento. El Sr. Kindelán, dueño siempre de sí, abrió  la válvula, descendiendo hasta unos cincuenta metros sobre el nivel de las aguas. Echó el ancla, y por estar ya a diez metros de tierra, no pudo tocar fondo.  Pudo  salvarse el aeronauta, ganando a nado la playa, y no lo intentó por no abandonar su globo. Desde entonces empieza para el bravo militar una serie de accidentes peligrosos, que supo dominar siempre con espíritu sereno. El ′María Teresa' se internaba cada vez más y con velocidad acentuada sobre el Mediterráneo, hacia las islas Baleares. A las dos y media de la madrugada divisó un vapor que, ha resultado ser el ′Goya′. Del buque se echó un bote al agua, pero el señor Kindelán  hubo de resignarse, preciado de su deber, a no aprovechar el auxilio que en trance tan comprometido se le ofrecía, por la misma razón que le rehusara antes, por no abandonar su aerostato.

Situación en que se encontraba el Capitán Kindelan momentos antes en que los tripulantes del buque inglés "West Point" acudieran a recoger el globo "María Teresa"

Después de este accidente, presenció desde su barquilla el magnífico espectáculo de un eclipse de luna. Alboreaba el día 25 cuando divisó las costas de Ibiza. Salido el sol, por efecto del calentamiento aumentó la fuerza ascensional del gas, y el globo subió mucho, en términos que a las nueve de la mañana se hallaba a 3.800 menos. A esa altura, la dirección del aire había cambiado y el 'María Teresa' navegaba cada vez más al N. El sol se nubló, y al amortiguarse el estimulante calorífero, el descenso se verificaba a toda prisa, sin que nada valiera el que el capitán Kindelán arrojara como lastre parte de sus vituallas, el ancla, aparatos de observación y su propio uniforme. Era el mediodía y ya se había sumergido en el agua la mitad de la barquilla. A las dos de la tarde, envolvió Kindelán en un hato su reloj, la brújula, el cortaplumas y  la bocina, y despojado de todas sus ropas, puesto sólo el chaleco salvavidas, se arrojó al mar pero sin alejarse del globo.

La influencia del sol, la debilidad, la sed, la magnitud del trance, marcándose en su organismo llevaron a Kindelán a sufrir momentos de desvarío. Se reanima. Pasa un vapor, el "Casulla'', y ni las señas ni los gritos del náufrago se oyen desde a bordo. Al desvanecerse la esperanza del barco que pasa, surge otra en el horizonte, pues destacan, esfumadas, las costas de Ibiza. A las seis de la tarde, el heroico capitán se decide a abandonar su globo, ante la proximidad de la noche. Hay aquí un momento del episodio lleno de unción religiosa y conmovedora. Kindelán, abandonado de los hom­bres, luchando con la naturaleza bravía del mar, hace exa­men de conciencia, eleva a Dios su pensamiento y su cora­zón y emprende una ruta a nado, hacia la tierra lejana. Ce­rrada casi la noche y cuando se bailaba distante de su aerós­tato unos 500 metros vio que un buque se aproximaba a aquel, que se paraba, y que a poco el globo era recogido. Un último esfuerzo, nadando desesperadamente, y al fin desde el vapor inglés "West-Point" se advirtió la presencia del náufrago, y fue salvado.

El capitán Kindelán en Garrucha, en compañía del alcalde Sr. López y del comerciante Sr. Fuentes, que le dio hospedaje  durante su estancia en aquel pueblo              fot. Gómez Durán

                                Llegada de Kindelán a Madrid, después de su accidentada excursión aérea
                                                  FOT. NUEVO MUNDO, POR ALONSO

    
    Nuevo Mundo, a 1 de agosto

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El bizarro capitán de Ingenieros señor Kindelán, que ha sido objeto de la expectación pública con motivo del des­graciado accidente aerostático que lo arrojó al mar, ha confesado ingenua­mente que antes de subir al globo y ele­varse besó el escapulario de la Virgen del Carmen que lleva puesto, y que al verse próximo a morir hizo acto de contrición como buen cristiano. ¿Qué dicen a esto los espíritus fuertes?


    El Norte Catalán, de 24 de agosto

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