Pilotado por el aeronauta señor Vilaregut y no por el Capitán Ojeda, por hallarse éste enfermo, hizo, el domingo último por la tarde, su anunciada ascensión en la Plaza Mayor el globo Relámpago.
No fue por cierto esta ascensión tan afortunada como la que se verificó la última vez en la Plaza , pues en el momento de arrancar el globo vióse salir una gran llamarada por su parte superior, de cuyo gravísimo percance se apercibió el aeronauta al hacer una de sus acostumbradas piruetas ó volteretas en el trapecio. No por esto perdió la serenidad, circunstancia que seguramente le libró de una muerte terrible. A medida que el fuego iba tomando incremento, el globo, que de momento se había elevado a una considerable altura, fue bajando rápidamente, cayendo no lejos del Cementerio, salvándose su tripulante.
El globo fue recogido con graves desperfectos y depositado en el solar, de can Masgrau, pero la fatalidad hizo que se reavivase el fuego, que no debía quedar del todo extinguido, y en poco rato destruyóse gran parte de la tela, a pesar de los esfuerzos que hicieron para apagarlo el Jefe Auxiliar de los Somatenes y algunos vecinos.
Dicho está que con este desgraciado accidente ha quedado en la mayor miseria la familia del aeronauta.
El Norte Catalán, de 17 de agosto
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